Una junta tórica es un anillo redondo que se utiliza como junta para sellar una conexión. Suelen ser de poliuretano, silicona, neopreno, caucho nitrílico o fluorocarbono. Están diseñados para asentarse en una ranura o alojamiento que mantiene el anillo en su sitio. Una vez en su carril, el anillo se comprime entre las dos piezas y, a su vez, crea un fuerte sello donde se encuentran.El sello que crea una junta tórica de caucho o plástico puede existir en una junta inmóvil, como entre tuberías, o en una junta móvil, como un cilindro hidráulico. Sin embargo, las juntas móviles suelen requerir que la junta tórica esté lubricada. En una junta móvil, esto garantiza un deterioro más lento de la junta tórica y, por tanto, prolonga la vida útil del producto.Las juntas tóricas son baratas y sencillas en su diseño, por lo que son muy populares en la fabricación y la industria. Si se montan correctamente, las juntas tóricas pueden soportar una gran cantidad de presión, por lo que se utilizan en muchas aplicaciones en las que las fugas o la pérdida de presión son inaceptables. Por ejemplo, las juntas tóricas utilizadas en cilindros hidráulicos evitan las fugas de fluido hidráulico y permiten que el sistema genere y soporte las presiones necesarias para su funcionamiento.
La invención y el desarrollo de la junta tórica:Una junta tórica defectuosa fue considerada la causa de la catástrofe del transbordador espacial Challenger en 1986. Una junta tórica utilizada en la fabricación del cohete propulsor sólido no selló como se esperaba debido a las frías condiciones climáticas del momento del lanzamiento. En consecuencia, la nave explotó tras sólo 73 segundos de vuelo. Esto pone de relieve la importancia de la junta tórica, así como su versatilidad.
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