El efecto positivo de un sistema de engrase automático de Groeneveld-BEKA se maximiza al utilizar los tipos de grasa correctos y de buena calidad.
La grasa se compone principalmente de aceite y un jabón de metal. Las partículas de aceite que ofrecen al aceite sus propiedades lubricantes, se mantienen juntos por el jabón metálico (también llamado espesante o estructura jabonosa). Se compone además de aditivos anticorrosivos y antioxidantes, entre otros.
¿Cuándo puede considerarse apta una grasa?
Las grasas que se emplean en los sistemas de engrase automático deben cumplir, entre otros, los siguientes requisitos importantes:
La grasa debe ser sumamente homogénea. El aceite y el jabón no deben separarse, ni bajo presiones altas ni cuando lleven ya más tiempo en el sistema.
La grasa suele bombearse a través de tuberías finas, cubriendo largas distancias, por lo que está expuesta a fuertes oscilaciones de temperatura. Aún así, debe poder seguir bombeándose con facilidad.
El aceite debe poseer unas buenas 'propiedades lubricantes' para evitar el contacto metálico, incluso a altas cargas (valor EP). Además, debe poder formar un reborde lubricante protector y ofrecer una protección suficiente contra la corrosión.