Un carro automatizado de transferencia ferroviaria, o RGV, es un vehículo sin conductor que funciona de forma autónoma en una vía preestablecida. Integra un sistema de control automático avanzado (como PLC), que realiza el control inteligente y el funcionamiento autónomo del carro mediante procedimientos o instrucciones preestablecidos. Estos vehículos suelen estar equipados con sistemas de navegación y sensores que pueden obtener información sobre la vía en tiempo real y el estado de la carga para garantizar que la ruta es correcta.
Ventajas de los carros de transferencia sobre raíles RGV:
Altamente automatizado: RGV funciona de forma autónoma a lo largo de la vía bajo la guía de un programa preestablecido, sin intervención manual, lo que mejora enormemente el nivel de automatización.
Funcionamiento fiable y seguro: debido al uso del transporte ferroviario, se evita el riesgo de colisión con otros vehículos, y se instalan diversos equipos de seguridad en el interior del vehículo, como el dispositivo de frenado de emergencia, el sistema anticolisión, etc., para garantizar la seguridad de la conducción.
Alta eficiencia y ahorro de energía: El modo de transporte ferroviario es estable y rápido, y puede lograr un transporte eficiente. Al mismo tiempo, los RGVS suelen tener un menor consumo de energía en comparación con los modos de transporte tradicionales, lo que ayuda a reducir los costes de explotación.
Reduce los costes de mano de obra: El alto grado de automatización reduce la carga de trabajo del conductor y reduce la dependencia de la mano de obra, reduciendo así los costes laborales.
Gran flexibilidad: RGV se puede ajustar de forma flexible según los cambios de la línea de producción para satisfacer las necesidades de los diferentes escenarios de producción.
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