El aire comprimido se utiliza en casi todos los ámbitos de la fabricación industrial como fuente de energía o procesamiento. El aire comprimido debe estar seco, exento de aceite y limpio para evitar costosas paradas de producción y pérdidas en la calidad de la producción. El aire atmosférico aspirado contiene sustancias nocivas, partículas de suciedad y humedad en forma de vapor de agua, que se condensa en las tuberías de aire comprimido y puede provocar daños considerables (corrosión, congelación, etc.).
Por debajo del secador frigorífico de aire comprimido, el secador de adsorción representa el método de secado más habitual para el aire comprimido. La máxima eficacia y la mayor seguridad de funcionamiento, junto con los bajos costes operativos, son atributos que transmiten las ventajas del secador de adsorción. La tecnología punta y los materiales seleccionados son la base de la elevada seguridad de funcionamiento.
Los secadores de adsorción se componen de dos -en algunas aplicaciones más- depósitos de aire comprimido llenos de desecante. Mientras un recipiente seca el aire comprimido entrante, el otro se regenera.
Dentro de la gama de secadores de adsorción, diferenciamos entre secadores regenerados sin calor y secadores regenerados por calor. Mientras que los secadores sin calor se regeneran mediante un flujo parcial de más del 15 % del aire comprimido secado, los secadores de adsorción regenerados por calor suelen gestionar el proceso de regeneración sin consumo de aire comprimido.
Por lo tanto, los secadores de adsorción regenerados por calor son mucho más económicos, ya que sus requisitos energéticos para la regeneración son mucho menores que los de los secadores de adsorción regenerados sin calor, a pesar de utilizar calentador y soplante para la regeneración.
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