El láser de CO2 es una herramienta avanzada utilizada en el marcaje industrial por su precisión y versatilidad. La longitud de onda característica en el infrarrojo lejano interactúa eficazmente con una amplia gama de materiales orgánicos, como plástico, vidrio, madera y tejidos. Esta tecnología permite realizar marcados permanentes de alta resolución sin consumibles, lo que garantiza resultados de alta calidad. El láser de CO2 ofrece ventajas significativas en términos de velocidad y calidad de marcado, por lo que son ideales para aplicaciones en sectores como la automoción, la electrónica, el embalaje y los productos promocionales. La versatilidad y la capacidad de personalización hacen del láser una herramienta indispensable para la trazabilidad y el marcado de productos.
El láser de CO2 utiliza un gas de dióxido de carbono estimulado eléctricamente para generar un haz láser con una longitud de onda de unos 10,6 micrómetros, situada en el infrarrojo lejano. Esta longitud de onda específica es muy absorbida por los materiales orgánicos, lo que hace que el láser de CO2 sea especialmente eficaz para marcar superficies no metálicas. El proceso de marcado se produce mediante la vaporización, carbonización o ablación controlada del material de la superficie, lo que permite realizar grabados y marcas precisos y detallados. Como todas las tecnologías láser, una ventaja significativa del láser de CO2 es la ausencia de contacto físico con el material que se procesa, lo que elimina el desgaste mecánico y reduce la necesidad de mantenimiento. Además, esta tecnología no requiere consumibles como tintas o disolventes, lo que reduce los costes operativos y el impacto medioambiental. Los sistemas de control electrónico permiten una gran capacidad de programación, con la posibilidad de variar la potencia del láser, la velocidad de escaneado y el enfoque para adaptarse a diferentes aplicaciones.
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