La contaminación atmosférica hace que nuestra respiración diaria equivalga a un suicidio crónico
Pero, ¿sabe que cada respiración que hacemos está estrechamente relacionada con nuestro estado de salud?
El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS),
publicó un informe en el que cataloga la contaminación atmosférica como carcinógeno primario,
que se sabe que tiene un impacto negativo en el sistema cardiovascular,
aumentando el riesgo de cáncer de pulmón, asma y accidentes cerebrovasculares.
Por término medio, las personas pasan entre el 80 y el 90% del día en espacios cerrados.
Según la Organización Mundial de la Salud, se calcula que cada año mueren 7 millones de personas a causa de la contaminación atmosférica, de las cuales más de 4 millones corresponden a la contaminación del aire interior.
La decoración del hogar está cubierta de contaminantes invisibles,
como formaldehído, PM2,5, COV, etc., que dañan lentamente la salud.
Esto es especialmente amenazador para los hogares con niños, mujeres embarazadas y ancianos.
Cuando la concentración de dióxido de carbono del aire interior alcanza O supera las 1000 ppm, la gente empieza a sentirse cansada e incómoda.
Si permanecemos en un ambiente con un suministro insuficiente de oxígeno durante un periodo de tiempo prolongado
causará fatiga, mareos, insomnio, pérdida de memoria, falta de apetito y otros síndromes de fatiga crónica,
afectando a la funcionalidad y eficiencia intelectual de las personas.