Desde la introducción de los microscopios electrónicos en la década de 1930, la microscopía electrónica de barrido (SEM) se ha convertido en una herramienta fundamental en numerosos campos de investigación, desde la ciencia de los materiales a la medicina forense, pasando por la fabricación industrial e incluso las ciencias de la vida.
En cuanto se necesita información microscópica sobre la superficie o la región próxima a la superficie de una muestra, el MEB se convierte en una herramienta necesaria. Por ese motivo, el método encuentra aplicaciones en casi todas las ramas de la ciencia, la tecnología y la industria.
Los instrumentos SEM de sobremesa ofrecen una mayor facilidad de uso, democratizando la tecnología SEM. Además, tienen la ventaja añadida de un tamaño de bastidor reducido. Mientras que la instrumentación SEM tradicional de "modelo de suelo" puede requerir una sala o instalación especializada, la instrumentación de sobremesa es mucho más robusta. Algunos incluso se han llevado sus SEM de sobremesa de viaje para realizar análisis de microscopía electrónica in situ a través de laboratorios móviles.
MEB de sobremesa para la ciencia de los materiales
El campo interdisciplinar de la ciencia de los materiales se centra en las diversas propiedades de la materia y sus posibles aplicaciones en ciencia e ingeniería. Para ello, es crucial un análisis exhaustivo del material, que proporcione a ingenieros y científicos de materiales la información que necesitan para crear nuevos materiales con propiedades deseables.
Un microscopio electrónico de barrido puede ayudarle a observar y analizar las superficies e interfaces de los materiales, ya sea con fines de control de calidad durante la producción o para el análisis de compuestos tras su procesamiento.
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