Los cierres de polvo y/o los cierres de doble solapa garantizan que, al llenar los contenedores, no haya contacto directo entre el interior del contenedor de la unidad que se va a cargar y el entorno circundante. También evitan que se escapen sustancias peligrosas.
Los cierres de polvo VOLKMANN pueden purgarse fácilmente con un gas inerte (por ejemplo, nitrógeno) para que ninguna atmósfera no deseada (oxígeno) pase del cierre al recipiente receptor. Con el cierre de polvo, también es posible evitar que los gases no deseados del recipiente receptor pasen de nuevo al proceso de transporte.
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