Las placas perforadas de acero-caucho están formadas por placas de acero recubiertas por una capa vulcanizada de caucho resistente a la abrasión. El grosor de la placa de acero varía de
2 a 20 mm, y el del caucho, de 10 a 55 mm. Los ajustes especiales en la perforación hacen que el orificio de la goma sea ligeramente más pequeño que el de la placa de acero, evitando así el riesgo de atascos. La vida útil de las chapas perforadas de acero y caucho suele ser varias veces superior a la de las chapas perforadas. Además
permiten una reducción muy elevada del ruido.
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