Las bombas de bidón tienen tuberías largas diseñadas para trasvasar fluidos desde recipientes cerrados. El proceso de trasvase se realiza sumergiendo la tubería en el interior del recipiente cerrado del fluido. El proceso de descarga comienza con la rotación del ventilador situado en el extremo de la tubería dentro del barril, como resultado del accionamiento del motor. Estos recipientes cerrados pueden contener materiales como: fluidos ácidos, básicos, corrosivos, agresivos, alcalinos, inflamables y combustibles, así como jabón líquido, miel, chocolate, melaza, nata, gelatina, pasta, pegamento, mermelada, champú, pintura, etc.
La mayoría de estos fluidos se extraen de los barriles, contenedores, bidones, cisternas IBC u otros recipientes, que se almacenan en zonas para otros fines y aplicaciones. Dado que estos fluidos se utilizan generalmente como aditivos, no se consume todo el barril de una vez. Incluso si se consume, suele hacerse volcando el barril. Esta práctica es peligrosa para la salud de los trabajadores e ineficaz debido al desperdicio de producto y a la contaminación. El uso de una bomba para bidones en este tipo de trasvases elimina todas estas negatividades. Las bombas para bidones se dividen en dos categorías: eléctricas y neumáticas.
Al mismo tiempo, según las propiedades químicas de la transferencia, el cuerpo de algunas bombas para bidones es de acero inoxidable 316, polipropileno, PVDF y aluminio.
Las bombas de tambor también tienen certificados de la FDA (Food and Drug Administration), que se aplican en las industrias alimentaria y farmacéutica.
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