Estas compuertas de acción rápida son los sistemas de aislamiento de explosiones más robustos y resistentes. El principio de funcionamiento es similar al de las válvulas de guillotina, pero la respuesta de disparo y los tiempos de cierre son extremadamente cortos. Las versiones de diámetro pequeño son extremadamente resistentes a la presión de explosión y tienen una presión nominal de hasta 50 bar (las versiones más grandes tienen una presión nominal de hasta 30 bar). Estos valores son los más probables en caso de explosión de mezclas de gas y polvo. En aplicaciones estándar, las válvulas de compuerta con aislamiento antideflagrante de acción rápida pueden utilizarse con polvo, gas o mezclas de gas y polvo. A diferencia de los sistemas HRD, las válvulas de compuerta de aislamiento de explosiones se activan mediante sensores dinámicos de presión y/o llama, y todo el sistema de aislamiento de explosiones se gestiona mediante una unidad de control dedicada.
Las válvulas de compuerta de aislamiento de explosiones de acción rápida pueden funcionar como sistemas certificados de aislamiento de explosiones en instalaciones diseñadas para soportar la máxima presión de explosión posible (es decir, 10 bares por diseño). La lista de sistemas de equipos en los que se puede aplicar esta solución de aislamiento de explosiones está prácticamente limitada sólo por el diámetro de los conductos, cuyo máximo es DN400. Las aplicaciones incluyen filtros, separadores ciclónicos, reactores de procesamiento, secadores, depósitos a presión, silos y molinos. El único inconveniente de la solución es un precio muy elevado, sobre todo en el espectro de diámetros grandes. Sin embargo, la ventaja es un sistema que el usuario puede reiniciar de forma independiente tras una explosión, sin necesidad de llamar al servicio técnico. Esto es esencial para aquellos sistemas de procesamiento en los que el tiempo mínimo de parada es crítico.
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